CUIDADO PARA LA PROTECCIÓN DEL ACERO
EL MUNDO DEL ACERO
El óxido es el mayor enemigo de los metales. Se forma donde el metal reacciona con el oxígeno y la humedad. Un ambiente salino, las altas temperaturas o la presencia de productos químicos, aceleran e intensifican el proceso de oxidación.
El óxido es una forma de corrosión. Este proceso incluye la pérdida de las características de los metales, pero también cualquier efecto adverso en los materiales como resultado de las condiciones ambientales.
EL ÓXIDO ES UNA CAPA MARRÓN ROJIZA Y ESCAMOSA QUE APARECE EN EL METAL. NADA MÁS Y NADA MENOS.
El óxido es el nombre común de un compuesto muy pernicioso técnicamente llamado óxido de hierro. El óxido es un tipo específico de corrosión, que se aplica a los metales que contienen hierro. Comienza a formarse cuando una gota de agua entra en contacto con un objeto de hierro o acero. En combinación con el oxígeno, el metal comienza a corroerse.
El término técnico para este proceso se llama oxidación. El hierro o el acero se oxidará inevitablemente hasta un punto que depende del tiempo y la cantidad de exposición al oxígeno y al agua. A veces puede tardar días, meses o incluso años, dependiendo de la intensidad de la exposición.
El óxido es un polvo escamoso que sustituye al hierro fuerte, por ejemplo en las tuberías. El hierro no sólo pierde su fuerza, sino también su suavidad y conductividad eléctrica, y puede desarrollar agujeros.
PREPARACIÓN DE LA SUPERFICIE
La eliminación de contaminaciones, imperfecciones, óxido y calamia, además de crear un perfil de rugosidad se llama preparación de la superficie. La preparación de la superficie se define como “la limpieza o el tratamiento de la superficie metálica antes de la aplicación de un recubrimiento de superficie”. Una buena preparación de la superficie asegura la mejor unión posible entre la superficie a recubrir y el recubrimiento a aplicar.
¿Cómo se consigue que una superficie totalmente oxidada se limpie de nuevo? Ahí es donde entra en juego MontiPower®. Nuestra avanzada tecnología con máquinas manuales, semiautomáticas o automáticas está diseñada para limpiar y crear asperezas. El método único de Bristle Blaster® es una innovación asombrosa en la preparación de superficies.
PREPARACIÓN INADECUADA DE LA SUPERFICIE ES EL 83%
La corrosión es una reacción electroquímica, en la que el oxígeno y el agua hacen que el hierro se oxide o que el cobre se vuelva verde. La corrosión causa enormes daños económicos, no menos del 4 por ciento aproximadamente del Producto Interno Bruto. Las partes afectadas por la corrosión deben ser tratadas o reemplazadas. En el caso de las tuberías de transporte esto puede ocasionar daños de hasta unos cientos de miles de euros. La corrosión también conlleva enormes riesgos. Una tubería bajo presión puede ceder en un lugar débil erosionado o las tablestacas pueden romperse.
LA ADHESIÓN ES UNA FUNCIÓN DE
LA ALTURA Y DE LA DENSIDAD DE PICO
LA SOLUCIÓN
La solución para la corrosión consiste en eliminar uno o más de los 3 componentes necesarios: agua, oxígeno o la reacción electroquímica. Los recubrimientos tradicionales para metales, como los alquitranes, los sistemas de polietileno (PE), los sistemas de polipropileno (PP) y los recubrimientos de polvo epoxídico (FBE) o epóxicos, no pueden impedir que el agua y/o el oxígeno lleguen al metal. Por lo tanto, por ejemplo, las tuberías de transporte utilizan protección catódica para detener la reacción electroquímica, en la que una corriente eléctrica detiene la ionización del hierro. Esto requiere energía y un control constante de la protección. Por eso la prevención de la oxidación y la corrosión requiere un método eficaz de preparación de la superficie.